Breve historia
Se conoció en la Edad Media por "Ocanna" y de ahí pasó fácilmente al nombre actual.Su población es de 6.190 habitantes y sufre un incremento de 800 habitantes en los periodos vacacionales que se suman a la existente población flotante. La actividad tradicional mejor conservada es la cerámica, que se centra en la elaboración de botijos blancos.
La población surge en una alta meseta, llamada la Mesa de Ocaña, lugar dominante y estratégico, por ella discurren viejos caminos pastoriles y rutas medievales. También contaba con numerosos manantiales potables y tierra productiva, siendo todo esto lo que configura Ocaña ya desde la Edad Media como centro militar, político y religioso, fue capital de los Maestros de Santiago, residencia de reyes y emplazamiento de numerosas casas de religión. Hay restos arqueológicos que pertenecieron al Paleolítico Superior, a la época romana y a la época musulmana. La época de la Reconquista es confusa, fue ocupada en 1139 por Alfonso VII concediéndole el primer Fuero de Ocaña. A partir del siglo XIII la importancia de la villa va en aumento vinculándose cada vez más la orden de Santiago. Durante el reinado de los Reyes Católicos fueron recopilados en Tordesillas los privilegios concedidos a Ocaña como un mercado franco. Durante la Guerra de la Independencia, en 1809, se dio la Batalla de Ocaña. Fue capital de la Mancha y, durante la Guerra Civil, capital de Toledo.
Turismo
Recorrido monumental guiado para particulares: Sábados y domingos por la mañana, previa inscripción en la Oficina de Turismo (Horario de lunes a domingo: M:10:30-13:30h/ T: 16:30-19:30h excepto martes y domingo
Fue la residencia habitual del Gobernador de la Provincia santiaguista de Castilla, Mancha y Ribera de Tajo. De la edificación original sólo se conserva uno de los torreones.
Donde comer
Festividades destacadas
Curiosidad local
Tras los acuerdos de Guisando en 1468, y en plena crisis política por el reinado de España, el rey Enrique IV reconoce a Isabel la Católica como "Princesa de Asturias" y heredera al trono en caso de contraer matrimonio con quien su hermano Enrique IV consintiese y determinase.
Hasta entonces, la princesa Isabel quedaría recluida en Ocaña, donde fue rechazando pretendientes uno a uno con el consiguiente enfado del rey. Es aquí donde conoce a Fernando de Aragón, futuro gobernante de este territorio y rey de Sicilia por aquel entonces. También es en esta localidad donde se celebran las Cortes de Castilla en 1469 para ratificar el Pacto de Guisando.
Finalmente, la boda de Isabel y Fernando permitió a ambos reinar sobre sus territorios y pasaron a la historia como Los Reyes Católicos.